Introducción
|
Narraba Pausanias que en el pronaos del templo de Apolo en Delfos estaba grabada esta inscripción: “Conócete a ti mismo”. Nuestro vivir elabora esta búsqueda a cada paso con el fin de responder a la cuestión quién soy yo. Y no resulta sencillo.
Nuestros ruidos y prisas, nuestros miedos, nuestra falta de silencio, nuestros relativismos, nuestro narcisismo, hacen que la cuestión se torne relativamente ardua. Sin embargo, en la respuesta está implicado nuestro actuar, nuestros valores, nuestros modos de amar y perdonar, nuestras prioridades. ¿Quién soy yo?
Si difícil resulta la primera pregunta, amárrense bien, porque no lo es menos la del evangelio de hoy. A ti y a mí, nos toca responder, ¿quién es Jesucristo en mi vida? En otras palabras: ¿qué nos va a ti y a mi con este hombre-Dios al que llamamos Jesús de Nazaret, el Cristo de Dios? ¿cómo interpela y condiciona tu vida y la mía? Más aún: ¿cómo buscarle? ¿cómo hablar con Él para poder dar una respuesta? Porque lo que está claro es que, sin una cercanía, intimidad y diálogo profundo con Él, no podremos responder.
|
| Fr. Ismael González Rojas
|
|
|
Lecturas
|
Primera Lectura
Lectura del Profeta Isaías 50, 5-10
En aquellos días dijo Isaías: El Señor Dios me ha abierto el oído; y yo no me he rebelado, ni me he echado atrás. Ofrecí la espalda a los que golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos. Mi Señor me ayudaba, por eso no quedaba confundido, por eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. Tengo cerca a mi abogado, ¿quién pleiteará contra mí? Vamos a enfrentarnos: ¿quién es mi rival? Que se acerque. Mirad, mi Señor me ayuda; ¿quién probará que soy culpable?
Palabra de Dios.
Salmo
Sal. 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9 R: Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida
Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante; porque inclina su oído hacia mí, el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte, me alcanzaron los lazos del abismo, caí en tristeza y angustia. Invoqué el nombre del Señor: «Señor salva mi vida.»
El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo; el Señor guarda a los sencillos: estando yo sin fuerzas me salvó.
Arrancó mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída. Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida.
Segunda Lectura
Lectura de la carta del Apóstol Santiago 2, 14-18
Hermanos míos: ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare: abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro. Alguno dirá: –Tú tienes fe y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras y yo, por las obras, te probaré mi fe.
Palabra de Dios.
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 27-35
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino preguntó a sus discípulos: –¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos le contestaron: –Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas. Él les preguntó: –Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Pedro le contesto: –Tú eres el Mesías. Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: –El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días. Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: –¡Quítate de mi vista, Satanás ! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios! Después llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo: –El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por el Evangelio, la salvará.
Palabra del Señor. |
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario