lunes, 2 de octubre de 2017

Lecturas del Domingo 8 de octubre de 2017. 27º del Tiempo Ordinario - Ciclo A

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Homilía XXVII Domingo del tiempo ordinario

8 de octubre de 2017 - Ciclo A


Por sus frutos los conoceréis


  Introducción  

“Por sus frutos los conoceréis”. Los textos de este domingo nos sitúan en esa clave. Somos como un viñedo plantado con cariño y esmero por la mano de Dios. De nosotros espera buenos frutos. Pero no siempre cuando llega la hora de recolectar, encuentra Dios buenas uvas. Lamentablemente los frutos, nuestros frutos, no siempre son los esperados.
Vivir nuestra vida alimentándola de todo lo que hay de verdadero, justo y noble, de lo que en el camino de la vida encontramos de bondad y auténtica alegría, nos ayudará a dar los buenos frutos. Escuchar a las voces de los auténticos testigos, aquellos que son amigos de Dios, nos orientará.
Si, a demás, nos toca cuidar de la viña plantada por Dios, nos vendrá bien no olvidar que somos sólo viñadores, cuidadores, servidores del Pueblo de Dios, compañeros de camino, que apuntan con su vida a aquel que es el dueño de la viña: Dios mismo.
PilarHna. Pilar del Barrio 
Comunidad Sto. Domingo de Guzmán. Los Negrales (Madrid)




  Lecturas  

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías 5, 1-7

Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña. 
Mi amigo tenía una viña en fértil collado.
La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas;
construyó en medio una atalaya y cavó un lagar.
Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones.
Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, 
por favor, sed jueces entre mi y mi viña. 
¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? 
¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones?
Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña: 
quitar su valla para que sirva de pasto, 
derruir su tapia para que la pisoteen. 
La dejaré arrasada: 
no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos; 
prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; 
son los hombres de Judá su, plantel preferido.
Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; 
esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.



Salmo

Sal 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20 

R. La viña del Señor es la casa de Israel.

Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar, y sus brotes hasta el Gran Río. R.
¿Por qué has derribado su cerca para que la saqueen los viandantes, la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas? R.
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa. R.
No nos alejaremos de ti: danos vida, para que invoquemos tu nombre. Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve. R.


Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 6-9

Hermanos:
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta.
Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 33-43

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
- «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondan. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo."
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia."
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»
Le contestaron:
- «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.»
Y Jesús les dice:
- «¿No habéis leído nunca en la Escritura:
"La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente"?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.»

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